22 febrero, 2012

"Agua de colonia", por Marco Arana

En el marco del nombramiento de los tres peritos contratados por el Gobierno peruano para realizar el controversial y mafioso Peritaje de Conga, escribió el dirigente medioambiental cajamarquino Marco Arana Zegarra, en el último número del semanario Hildebrandt en sus trece publicado este viernes 17 de febrero, un muy buen y centrado -además de coherente históricamente- artículo titulado "Agua de colonia". Para entender el sarcasmo del título hay que leerlo. Corto, pero conciso.

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Hacía 500 años y durante casi tres siglos, los problemas que aquejaban a estas comarcas se consultaban con el rey. El único soberano era él.

Cuando creíamos que, guerras de independencia de por medio, esa situación había cambiado nos venimos a enterar que será uno de los peritos (que es premio Rey Jaime I) el que conformará la controvertida comisión que ha convocado el ministro Valdés para que "aclare las dudas de la población" sobre el proyecto Conga y, claro, este pueda seguir con luz verde para destruir lagunas, humedales, entubar ríos y cambiar los cauces de las aguas; todo lo que, precisamente, una gran mayoría de cajamarquinos y, después de la Marcha Nacional por el Agua, miles de peruanos y peruanas no queremos que ocurra.
¿Quién es el perito del rey?

Al señor Rafael Fernández Rubio no le faltan credenciales. Él es doctor, ingeniero de minas, catedrático y profesor emérito y, por si fuera poco, premio Rey Jaime I a la Protección del Medio Ambiente. Sus credenciales podrían no ser cuestionables si no fuera porque el ilustre perito es conocido en nuestro medio por sus vínculos e intervenciones en un espacio de socios pro empresas mineras denominado "Grupo de Diálogo Minero", el cual se ha distinguido por tener un discurso muy publicitado de responsabilidad social. En el Grupo de Diálogo Minero se debatió en 2003 e inicios de 2004 el conflicto del Quilish antes de que se diera, pero obviamente sin alcanzar ningún resultado; allí se hizo oídos sordos frente a las violaciones de Derechos Humanos (detenciones, torturas y asesinatos de la minera Río Blanco en Piura), del espionaje telefónico, el reglaje y de las amenazas contra defensores ambientales de Yanacocha, y solo hubo un tímido pronunciamiento contra Doe Run por no cumplir sus compromisos ambientales y contaminar a la población, algo que podría afectar la "buena imagen" de las demás empresas.

Fue en ese espacio de socios que surgió la figura de uno de los tres peritos que hoy Valdés presenta. Rafael Fernández Rubio es un científico que tiene su corazoncito real: los súbditos que se sublevan contra la sacrosanta inversión minera son "incivilizados". Así se desprende del contenido de un email de este señor disponible on line, cuando, refiriéndose a la oposición de los agricultores de Islay contra el proyecto minero Tía María, escribió el 10 de noviembre del año pasado una comunicación a sus amigos del Grupo de Diálogo Minero: El más absoluto rechazo a esas muestras de incivilización en Islay. Posiblemente detrás de esas posturas radicales anda el fundamentalismo antiminero, alentado por ciertos grupos "pacifistas".

Vamos, hombre, que yo no tengo nada en contra de ciudadanos españoles y distinguidos profesionales, con muchos y muchas de los cuales, además, me unen grandes lazos de amistad y solidaridad, pero, coño, esto de que nos presentan peritos de "altísimo nivel académico y gran reputación académica" que piensan de antemano que los ciudadanos peruanos que cuestionan la viabilidad de un proyecto minero son parte de la "incivilización" me trae el indignado recuerdo de que la civilización que nos impusieron fue la de la encomienda, la de la mita para el socavón, la de la destrucción de una de las civilizaciones más avanzadas en agricultura, para dictarnos, precisamente, el modelo económico minero que ni siquiera a ellos les trajo progreso, sino solo mayor dependencia de sociedades más desarrolladas al norte que les vendieron tecnología, productos con valor agregado mientras el Reino de España gozaba de la riqueza mal extraída y del expolio genocida al que nos sometían en sus colonias.
¡Cuánto más alineado me siento con los ronderos de Cajamarca que se resisten a la destrucción de sus fuentes naturales de agua cuando corean a voz en cuello: "¡el peritaje de Valdés no tiene validez!".
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Son pues los tres peritos ibéricos (dos españoles y un portugués) contratados por el Gobierno peruano los siguientes señores:

1) Rafael Fernández Rubio: ciudadanos español e ingeniero de minas que ha trabajado en más de 350 proyectos mineros y muy vinculado a una ONG financiada por mineros llamada Grupo de Diálogo Minero, a la cual le hizo llegar un correo electrónico en el que, groseramente, califica de incivilizados" a los agricultores de Piura que en 2011 se opusieron al proyecto minero Tía María en lo que fue una masacre policial (bajo órdenes del entonces Presidente, Alan García Pérez) que cobró la vida de 3 manifestantes en marzo de 2011. Este señor, además, suele hacer grandes negocios con los relaves mineros y las aguas contaminadas.

2) Luis López García: ciudadano español que fue consultor interno en hidráulica e hidrografía de la empresa INTECSA-INARSA que pertenece al consorcio internacional Grupo SNC-Lavalin, dedicado a las consultorías de ingeniería de todo tipo, y que en España -en 1998, en Andalucía- saltó a la luz pública cuando la minera sueca Boliden causó el desastre ecológico del Parque Nacional de Doñana al colapsar uno de los diques de contención de relaves. Los proyectos sobre viabilidad los realizó INTECSA-INARSA en 1976. De más está decir que dicha minera sueca no ha pagado una sola peseta por el atentado ecológico hasta el día de hoy. Lo curioso es que el señor López García sigue trabajando para la consultora INTECSA-INARSA, pero en su hoja de vida presentada no dice que sigue trabajando para dicha consultora. Y es más, este señor trabajará en la delegación de esta consultora acá en Lima.

3) José Martins Carvalho: ciudadano portugués propietario de la consultora portuguesa Terra, Ambiente e Recursos Hídricos (TAHRH) que es conocida por estar siempre al servicio de sus clientes, y en este caso, su cliente es Óscar Valdés.

Claro está que el famoso Peritaje de Conga contratado por el Gobierno del Perú -es decir, por Humala y Valdés- no es más que una farsa para tener la excusa perfecta para poder llevar a cabo, y como sea, el proyecto minero Conga, el cual destruirá el Medio Ambiente de Cajamarca. Cualquier parecido con la época colonial es solo una extraña coincidencia. ¡El Perú avanza!

Sábado 18 de febrero de 2012.
(Información extraída de Hildebrandt en sus trece, Nº 94).

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