Por: Francisco Durand
Primera Parte
Resulta que ahora la identidad del país está siendo definida por vendedores. De acuerdo con estos esfuerzos, promovidos por el Estado y el sector privado, los turistas, los inversionistas, incluso el pueblo, deben ver al Perú como un producto identificado con un logo, es decir, una marca. De un tiempo a esta parte, se esfuerzan por vender la "marca Perú".
Debemos estar desorientados nacionalmente como para aceptar este tipo de campañas publicitarias, suerte de patriotismo de mercado que es propio de la República Empresarial fundada en 1990. Ese año el ingeniero Fujimori y las fuerzas del Consenso de Washington impusieron una nueva política económica en un momento de necesidad y desde ese entonces la economía política vive de decretos inconsultos y tratados aprobados a media noche y ahora necesita de fantasías.
Pues bien, el país no es solo ni principalmente un mercado; es su gente, sus raíces, su cultura, algo que no se debe publicitar sino enseñar. La identidad nacional es un asunto demasiado serio como para dejarlo en manos de publicistas y menos en un gobierno dizque nacionalista.
Debemos estar desorientados nacionalmente como para aceptar este tipo de campañas publicitarias, suerte de patriotismo de mercado que es propio de la República Empresarial fundada en 1990. Ese año el ingeniero Fujimori y las fuerzas del Consenso de Washington impusieron una nueva política económica en un momento de necesidad y desde ese entonces la economía política vive de decretos inconsultos y tratados aprobados a media noche y ahora necesita de fantasías.
Pues bien, el país no es solo ni principalmente un mercado; es su gente, sus raíces, su cultura, algo que no se debe publicitar sino enseñar. La identidad nacional es un asunto demasiado serio como para dejarlo en manos de publicistas y menos en un gobierno dizque nacionalista.
Segunda Parte
Numerosos comentarios al artículo anterior me obligan a una síntesis y una mejor reflexión. Hay quienes inocentemente creen que Marca Perú es sólo una forma de promocionar el país y el turismo y punto.
Hay otros que piensan que el concepto mismo es equivocado, coincidiendo con el autor que poner a un país como marca es erróneo. No faltan además quienes creen que promocionar una imagen del Perú con una sierra prístina e indígenas coloridos es una distorsión. Encubre cómo los tratan en realidad –perros del hortelano, ciudadanos de segunda categoría– y, añadiría yo, cómo se trata a la naturaleza, al punto que un solo proyecto eliminará cuatro lagunas para extraer metales o usarlas de basurero.
Finalmente, insisto en que Marca Perú es parte de una ideología libremercadista que difunde el Estado y los privados desde 1990. Se propala deliberadamente como discurso, libros, telenovelas y slogans que pone el énfasis en el "éxito" y en los "emprendedores".
Hay otros que piensan que el concepto mismo es equivocado, coincidiendo con el autor que poner a un país como marca es erróneo. No faltan además quienes creen que promocionar una imagen del Perú con una sierra prístina e indígenas coloridos es una distorsión. Encubre cómo los tratan en realidad –perros del hortelano, ciudadanos de segunda categoría– y, añadiría yo, cómo se trata a la naturaleza, al punto que un solo proyecto eliminará cuatro lagunas para extraer metales o usarlas de basurero.
Finalmente, insisto en que Marca Perú es parte de una ideología libremercadista que difunde el Estado y los privados desde 1990. Se propala deliberadamente como discurso, libros, telenovelas y slogans que pone el énfasis en el "éxito" y en los "emprendedores".
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