Entorno a los hechos suscitados en estos últimos días debido a los graves problemas ambientales, sociales y sanitarios que podría ocasionar el proyecto minero Conga del consorcio Minera Yanacocha-Newmont Mining Corporation y sintiéndonos responsables por el hecho de estudiar a profundidad estos temas y en virtud de las atribuciones que nos confiere el art. Art. 2 del Cap. I del Reglamento de la UNALM , manifestamos lo siguiente:
Que por su localización en la cabecera de cuenca a 3500 msnm, la cual divide las cuencas Chancay con la cuenca Chamaya perteneciente a la Gran Cuenca del Marañón, agua que discurre libremente a las partes intermedias y bajas de las cuencas, la que posteriormente desembocan al mar, van al Pacífico y al Atlántico respectivamente, consideramos que es de vital importancia su cuidado ambiental.
Como es de conocimiento público este proyecto involucra por lo menos cinco sistemas hidrográficos, la mina de tajo abierto de por sí constituye un serio peligro para la salud humana, al medio ambiente y toda actividad económica (agricultura, piscicultura, industria, etc.), mas aun cuando se menciona que los desmontes (la basura de la minería) lo depositarían sobre dos lagunas y que la producción de relaves tóxicos sería un promedio de 85,000 toneladas al día por 17 años, ante ello nos preguntamos ¿qué tratamiento recibiría o donde serian depositados?
Según el proyecto minero Conga, de la minera Yanacocha, una vez que se trasvase la laguna Perol, su lecho se convertirá en un tajo abierto de 800 metros de profundidad. Las autoridades de la región Cajamarca han dicho que ese trabajo afectará la quebrada del río Chirimayo y al río Jadibamba, y por tanto dañará la cuenca del río Sendamal. De igual modo, el cambio de colocación de las lagunas Chica y Azul dañará la quebrada del río Ferrullioc, que nace a partir de estas dos lagunas.
Los medios de comunicación pro-minera explícitamente mencionan y justifican dicho accionar por el desarrollo económico que se generaría y las obras de infraestructura como embalses que acumularían mucha más agua de la que se tiene actualmente, dejando en claro su ignorancia ante temas medioambientales y todo lo que involucraría ello, como por ejemplo la irreversible disminución de los caudales de los ríos que alimentan a las lagunas, humedades y acuíferos de la zona, la cual alterará ecosistemas que dependen de dichas fuentes de agua.
Está más que demostrado que cuando aparecen las primeras trazas de metales en el agua potable la mina responde que es normal, porque se encuentran dentro de los límites máximos permisibles (LMP). Las leyes peruanas actuales no han contemplado una rigurosa fiscalización técnica-científica, evocando únicamente a la buena fe de los estudios. Estos estudios de impacto ambiental (EIA) son otra falacia. Todos los EIA están escritos con frases gramaticales de suponer, presentir o estimar, cuyo valor científico es cero. Parece más bien a un tanteo de buenas intenciones.
Según el Art. 75 de la Ley de Recursos Hídricos, "El estado reconoce como zonas ambientalmente vulnerables las cabeceras de cuencas donde se originan las aguas" y podrían ser declaradas intangibles en las que no se otorga ningún derecho para uso, peor aún utilizarlo como relleno de relaves mineros como lo quieren hacer en Conga con dos lagunas.
Damos el respaldo a las comunidades perjudicadas por la contaminación de la minería como lo revelan las entrevistas periodísticas, ya que están en su legítimo derecho de no desear más minería y apostar por la agricultura y otras actividades afines.
Declaramos inviable este proyecto por no contar con las garantías y no apostar por una minería responsable que avale los costos de oportunidad ambiental, violentando la actividad natural del medio ambiente, presentando Estudios de Impacto Ambiental de dudosa procedencia cuya fuente evaluadora hasta hoy no es conocida.
Finalmente instamos a los docentes de la UNALM, de la Facultad de Ingeniería Agrícola y en particular del Departamento de Recursos Hídricos a pronunciarse sobre este tema desde sus distintas ópticas.
Que por su localización en la cabecera de cuenca a 3500 msnm, la cual divide las cuencas Chancay con la cuenca Chamaya perteneciente a la Gran Cuenca del Marañón, agua que discurre libremente a las partes intermedias y bajas de las cuencas, la que posteriormente desembocan al mar, van al Pacífico y al Atlántico respectivamente, consideramos que es de vital importancia su cuidado ambiental.
Como es de conocimiento público este proyecto involucra por lo menos cinco sistemas hidrográficos, la mina de tajo abierto de por sí constituye un serio peligro para la salud humana, al medio ambiente y toda actividad económica (agricultura, piscicultura, industria, etc.), mas aun cuando se menciona que los desmontes (la basura de la minería) lo depositarían sobre dos lagunas y que la producción de relaves tóxicos sería un promedio de 85,000 toneladas al día por 17 años, ante ello nos preguntamos ¿qué tratamiento recibiría o donde serian depositados?
Según el proyecto minero Conga, de la minera Yanacocha, una vez que se trasvase la laguna Perol, su lecho se convertirá en un tajo abierto de 800 metros de profundidad. Las autoridades de la región Cajamarca han dicho que ese trabajo afectará la quebrada del río Chirimayo y al río Jadibamba, y por tanto dañará la cuenca del río Sendamal. De igual modo, el cambio de colocación de las lagunas Chica y Azul dañará la quebrada del río Ferrullioc, que nace a partir de estas dos lagunas.
Los medios de comunicación pro-minera explícitamente mencionan y justifican dicho accionar por el desarrollo económico que se generaría y las obras de infraestructura como embalses que acumularían mucha más agua de la que se tiene actualmente, dejando en claro su ignorancia ante temas medioambientales y todo lo que involucraría ello, como por ejemplo la irreversible disminución de los caudales de los ríos que alimentan a las lagunas, humedades y acuíferos de la zona, la cual alterará ecosistemas que dependen de dichas fuentes de agua.
Está más que demostrado que cuando aparecen las primeras trazas de metales en el agua potable la mina responde que es normal, porque se encuentran dentro de los límites máximos permisibles (LMP). Las leyes peruanas actuales no han contemplado una rigurosa fiscalización técnica-científica, evocando únicamente a la buena fe de los estudios. Estos estudios de impacto ambiental (EIA) son otra falacia. Todos los EIA están escritos con frases gramaticales de suponer, presentir o estimar, cuyo valor científico es cero. Parece más bien a un tanteo de buenas intenciones.
Según el Art. 75 de la Ley de Recursos Hídricos, "El estado reconoce como zonas ambientalmente vulnerables las cabeceras de cuencas donde se originan las aguas" y podrían ser declaradas intangibles en las que no se otorga ningún derecho para uso, peor aún utilizarlo como relleno de relaves mineros como lo quieren hacer en Conga con dos lagunas.
Damos el respaldo a las comunidades perjudicadas por la contaminación de la minería como lo revelan las entrevistas periodísticas, ya que están en su legítimo derecho de no desear más minería y apostar por la agricultura y otras actividades afines.
Declaramos inviable este proyecto por no contar con las garantías y no apostar por una minería responsable que avale los costos de oportunidad ambiental, violentando la actividad natural del medio ambiente, presentando Estudios de Impacto Ambiental de dudosa procedencia cuya fuente evaluadora hasta hoy no es conocida.
Finalmente instamos a los docentes de la UNALM, de la Facultad de Ingeniería Agrícola y en particular del Departamento de Recursos Hídricos a pronunciarse sobre este tema desde sus distintas ópticas.
Atte. Centro Federado De Ingeniería Agricola de la Universidad Nacional Agraria La Molina
No hay comentarios:
Publicar un comentario