Agosto 14, 2012
La noche del domingo 12 apareció en la red un vídeo producido por el Colectivo “Nadie nos paga” en el cual un grupo de personas planteaba algunas preguntas sobre la repercusión de la megaminería en Cajamarca, en particular acerca de Yanacocha, el controvertido proyecto Conga y los funestos resultados de las protestas de los últimos meses.
Al día siguiente, lunes 13, el vídeo fue atacado a través de las redes sociales. ¿Los motivos? Dos son los principales: el menos recurrente es el que cuestiona por qué las preguntas van dirigidas a Roque Benavides, si él sólo representa a Buenaventura, una accionaria minoritaria de Yanacocha. El de más fuerza: las personas que hacen las preguntas en el vídeo, titulado “Estimado Roque”, se definen -desde los primeros segundos- como limeños que disfrutan del tan publicitado avance económico del país; además, pertenecen, evidentemente, por la forma de vestir y rasgos fonéticos, a los sectores A/B de la población y, muy probablemente, han tenido o tienen acceso a educación superior; sin olvidar que el color de su piel es bastante más claro que el del peruano promedio.
Los ataques que utilizan el argumento centrado en que el destinatario no es el correcto, hasta donde he podido leer en comentarios en Twitter, Facebook y en algún blog, han venido, como era de esperarse, de quienes están a favor, con todo el derecho, de que el proyecto Conga siga su curso. En muchos casos, tras sacar este argumento al frente, se intentó afirmarlo, en un malabarismo retórico bastante chapucero, con el pretexto de que el avance económico no puede detenerse y que no es posible avanzar sin minería. Puedo estar de acuerdo con la segunda parte: creo que el sector minero es importantísimo, vital, para la economía del país (ojo, no uso la palabra “vital” por las puras); sin embargo, no es cierto que si se detiene Conga se va a paralizar o derrumbar el aparente avance del país. Es sabido que generar miedo siempre es efectivo cuando se quiere lograr control.
De otro lado, están los comentarios que afirman que “Nadie nos paga” se equivocó de destinatario, ya que se debió dirigir a las autoridades, al Estado, al Presidente. Cierto es que Benavides es quien maneja una empresa con un acionariado minoritario; también lo es que quien otorga las licencias es el Estado. Sin embargo, se olvida que en todo este asunto, Benavides ha sido el vocero de todo el proyecto y quien ha llegado incluso a contradecir al presidente Humala. Es decir, pasa por encima de todo. Esto yo lo veo como un giro bastante ingenioso que le da, de paso, un pequeño golpe al gobierno de Humala. Esto si asumiéramos que hay solamente un interlocutor, cosa que no creo.
Las preguntas que lanza “Estimado Roque” son retóricas. Es decir, no le exigen respuestas a nadie, sino, más bien, exponen argumentos para generar discusión o conciencia (algún bloggerusó la palabra awareness). Mejor, retrocedo un poco, sí están dirigidas a alguien, pero no a una sola persona: son miles de esos jóvenes A/B a los que no se les deja de recriminar su poco interés en el país, su falta de conciencia con lo que suceda fuera de la ruta que los lleva de casa a la universidad al bar al lounge. Esos que en los comentarios en las redes sociales fueron reconocidos en las personas que hablaban en el vídeo. Se les llamó hipsters, ppkausas, pitucos, blanquitos, limeñitos, ignorantes, ociosos, hijitos de papi y todo lo que se les ocurra que vaya por ahí. Y estos epítetos venían de gente que evidentemente, por lo que decían poco después, no piensan muy diferente ac Colectivo “Nadie nos paga”.
Y aquí empieza un problema muy grave y conocido.
¿Se acuerdan cómo llamaban a los protestantes opuestos a Conga en Cajamarca quienes sí estaban a favor? Serranos, pezuñentos, ignorantes, ociosos, vayan a trabajar y no jodan. ¿Es acaso muy diferente a lo que pasa con los ataques a “Nadie nos paga”? Yo creo que no: en ambos casos los prejuicios que tenemos contra otro grupo de personas nos han hecho minimizar sus argumentos y ridiculizarlos a partir de su apariencia. Sólo que esta vez los ataques han venido de los progres que antes se escandalizaban (y lo van a seguir haciendo con justicia) cuando se trataba de la población andina de Cajamarca. Esto no es más que otra cara del paternalismo.
“Estimado Roque” es un vídeo con una misión muy explícita: generar conciencia en quienes no la han tenido o no la han querido tener porque no les importa. Por eso recurren a códigos que pueden ser reconocibles por la población a la que están apuntando, un sector que es necesario integrar a las discusiones acerca del país. Lo que ha sucedido en las redes sociales con el vídeo no lo puedo leer sino como la efectividad de la idea frente a su objetivo. El público que se lanzó a ridiculizar y a insultar no era el que se necesitaba; al fin, ellos, lo demuestran pocas líneas después de sus insultos, mal que bien sí tienen idea del problema que significa la presencia de Yanacocha en Cajamarca. Aquellos que no han entrado a twittear sobre el tema, pero que están atentos a los trending topics, son el público al cual “Nadie nos paga” ha querido llegar y creo que lo está haciendo. De repente estoy siendo demasiado optimista. Ojalá no me equivoqué y esas personas que han sido llamadas algunas vez en su vida hipsters y ppkausas, ignorantes-bebedores-de-frapuccino, y que han sido tan duramente utilizados por los prejuicios de un sector de los progres, hayan visto “Estimado Roque” y estén leyendo un poco, informándose y pensando en algo más que en ser el primero en Lima en ver The Dark Knight Rises.
Fuente: lasorderasecontagia.wordpress.com
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