Por: Alfredo Pita (narrador, poeta y periodista, nació en Celendín, en octubre de 1948, actualmente radica en París. Nuestro escritor es laureado en el Perú y en el extranjero, y sin duda uno de los principales de su generación)
Esta reacción juvenil es algo nuevo y esperanzador. Durante mucho tiempo la gente que se preocupaba por los muchos problemas políticos, urbanísticos, culturales, ecológicos de Celendín eran maestros, artistas, artesanos y otros ejemplares de mi generación, mejor dicho gente ya madura, por decir lo menos (aunque con un entusiasmo que nos hace pensar que seguimos por los veinte años). Nuestro relativo aislamiento nos preocupaba pues teníamos la sensación de que arábamos en el mar, como Bolivar, de que la apatía de los celendinos era de cemento y de que librábamos batalla casi solos, sin relevo en las nuevas generaciones.
Estábamos muy equivocados. Los mensajes de Diana, Javier, Iris, Jorge, Tania, Michael, Nico, muestran que la vida hace su trabajo aunque se tome sus plazos. Los jóvenes de Celendín, en la ciudad misma o en los distritos, en Cajamarca, Trujillo o Lima, donde estén, se han puesto en marcha y están organizando la red consciente, y subconsciente, de la resistencia, usando a fondo las redes sociales, los blogs, twitter y el correo electrónico.
Mis queridos amigos de la asociación Celendín Pueblo Mágico y de Celendín PM pueden estar contentos y orgullosos, pues, su trabajo precursor, ha sido bueno y productivo, han sembrado en la buena tierra y con la buena semilla. Los jóvenes se suman a su batalla para garantizar los resultados, o, por lo menos, para que los depredadores y los corruptos no se la lleven tan fácil. La minera y sus artimañas, las autoridades corruptas, los cómplices y los indiferentes, que los tengan en cuenta, un movimiento cada vez más amplio y proliferante les hará frente.
Algunos de los jóvenes que me han escrito, tienen la duda con respecto a lo que deben hacer. La minera les habla de inversiones fabulosas, de miles puestos de trabajo, de desarrollo. A la vez saben que el agua de la comarca depende de la lluvia pero sobre todo de fuentes, lagunas y humedales de altura que si son tocados se destruye o envenena sistemas absolutamente frágiles de alimentación hídrica en los valles y bajeras.
Estos jóvenes, que son estudiantes y leen saben lo que ha ocurrido en la provincia de Cajamarca y en la misma ciudad capital del departamento, cuya población hoy está tomado agua del cerro Quilish, que creían pura y preservada y que está llena de contenidos químicos, pues antes que llegue a sus casas ha sido usada por la minera.
Bofedales de Conga - 21.09.2011 |
La laguna Perol, y otras veinte como ella, desaparecerán por acción de la minera, que necesita su agua para lavar el mineral y los químicos que usará masivamente para extraer el oro.
Cajamarca, a mediados de los años 90, en los días del gobierno autoritario y corrupto de Fujimori también creyó que la bonanza estaba tocando a su puerta con la llegada de Yanacocha y con la exhibición, brazo en alto, del primer lingote de oro por el dictador nipo-peruano. Es cierto, en los años siguientes creció la población, se activo el comercio, se activó una cierta vida nocturna y aumentó el números de mendigos, delincuentes y de prostitutas. Y eso fue todo
Los jóvenes de Celendín sienten que hay trampa en las promesas, que no les dicen todo, que detrás de las promesas doradas algo los amenaza. A ellos les digo que no le crean a la minera, a las autoridades corruptas ni a sus agentes solapados. Hay que buscar y hallar vías de desarrollo que no impliquen la destrucción de la tierra.
A ellos les repito lo que ya he dicho en otro sitio: si nos ponen en la disyuntiva de escoger entre el agua que alimenta la vida de nuestros valles y poblaciones, y el oro que las transnacionales sacan para sí, la opción es fácil, votemos por el agua, por la vida nuestra y la vida futura. Los accionistas de las mineras no toman agua de relaves, de ninguna manera.
Cajamarca, a mediados de los años 90, en los días del gobierno autoritario y corrupto de Fujimori también creyó que la bonanza estaba tocando a su puerta con la llegada de Yanacocha y con la exhibición, brazo en alto, del primer lingote de oro por el dictador nipo-peruano. Es cierto, en los años siguientes creció la población, se activo el comercio, se activó una cierta vida nocturna y aumentó el números de mendigos, delincuentes y de prostitutas. Y eso fue todo
Los jóvenes de Celendín sienten que hay trampa en las promesas, que no les dicen todo, que detrás de las promesas doradas algo los amenaza. A ellos les digo que no le crean a la minera, a las autoridades corruptas ni a sus agentes solapados. Hay que buscar y hallar vías de desarrollo que no impliquen la destrucción de la tierra.
A ellos les repito lo que ya he dicho en otro sitio: si nos ponen en la disyuntiva de escoger entre el agua que alimenta la vida de nuestros valles y poblaciones, y el oro que las transnacionales sacan para sí, la opción es fácil, votemos por el agua, por la vida nuestra y la vida futura. Los accionistas de las mineras no toman agua de relaves, de ninguna manera.
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