Curiosas formas en que se expresa el imaginario andino y el paroxismo religioso en las protestas sociales; paroxismo proyectado, casi siempre, en lágrimas sentidas. En la sierra aún pervive la expresión de cantar llorando -o llorar cantando-, una forma cultural ancestral que mezcla la tristeza con el consuelo del canto.
Más de un centenar de evangelistas del centro poblado de Otuzco (Cajamarca) oraron y lloraron por las cuatro lagunas de Conga. Los comuneros, con sus esposas e hijos, llegaron hasta la primera tranquera que resguarda el proyecto minero, la que está resguardad por efectivos de seguridad.
Con sus rezos y canciones pidieron que se “deje correr el agua para la vida eterna”.
Uno de los evangelistas comentó que pidieron permiso para ingresar hasta las lagunas pero no los dejaron.
Trascendió que quien sí pudo ingresar, con algunos inconvenientes, fue el congresista aún oficialista Jorge Rimarachín, quien hizo un juramento a las lagunas de defenderlas.
Fuente: La Mula
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