11 junio, 2012

Arana (@vozdelatierra):¿Es viable la actividad minera en el Perú?

Por: Marco Arana Zegarra - @vozdelatierra

El Perú tiene importantes recursos mineros que deben contribuir al desarrollo del país y, la actividad minera, en el marco de una visión de desarrollo de largo plazo, tiene un importante rol que jugar. Pero, de allí a decir que el Perú es un “país minero” es una arbitrariedad como lo es decir que la mayor riqueza del país son sus minerales cuando enrealidad lo es su “recurso” humano, pese a lo poco y mal que se invierte en el desarrollo del mismo. Desde una perspectiva de la sostenibilidad del desarrollo, tenemos que afirmar que el Perú es un país pluriproductor. De hecho, la agricultura y el sector servicios generan más empleo y aportan más al PBI que toda la actividad minera y lo hacen sin generar los altísimos impactos ambientales que sí provoca esa actividad (16 ríos de la costa están contaminados por relaves mineros y ocho de las zonas de mayor contaminación ambiental de Perú se deben a la minería).

Las visiones monoproductoras o aun monoindustriales no han conducido, en ninguna sociedad, a un desarrollo humano integral y ecológicamente sostenible, por el contrario, por lo general han llevado a las violaciones de los derechos fundamentales de las comunidades que no se beneficiaban de la implantación de una única actividad y, por tanto, han requerido recortes sustantivos de derechos y estados autoritarios  debilitando la frágil institucionalidad democrática de países ricos en recursos y socialmente pobres. Por lo demás es un dato establecido que en estos países existe mayores índices de corrupción como lo han señalado diversos estudios y también Transparencia Internacional: “los países con grandes riquezas naturales muestran los mayores índices de corrupción” (Refer: estudio MMSD, “Cerrando Brechas”)

Que la minería deje de ser la actividad que genera la mayor conflictividad socioambiental en el Perú, como lo verifican los informes periódicos de la Defensoría del Pueblo, tiene que ver con varias condiciones que sí se cumplieron en los llamados países “desarrollados” que hicieron minería en su momento o aún lo hace limitadamente: 1. Innovaciones científico tecnológicas (en Perú es la última rueda del coche); 2. Valor agregado (el oro de Yanacocha se exporta como doré y no sirve ni para hacer joyas); 3. Diversificación económica y no solo clusters en torno a la actividad minera para evitar el destino de los pueblos mineros pobres y contaminados (famosos “ghost towns”); 4. Controles ambientales estrictos que van desde zonas de exclusión minera hasta grandes multas o incentivos tributarios para mejores prácticas ambientales (en Perú se pueden dar concesiones mineras al 100% del territorio, la institucionalidad ambiental es muy débil y se promueve la minería de cianuro que viene siendo cada vez más prohibida en diversos países del mundo). Por lo demás, en un país pluricultural y multiétnico como Perú se requiere respetar los derechos territoriales de los pueblo originarios, a los que una vez precisamente la búsqueda de los minerales sirvió para su exterminio o arrinconamiento en lugares que otrora se consideraban sin mayor valor económico y que ahora vuelven a ser de interés de las industrias extractivas.

El desarrollo del Perú, como lo ha recordado M. Porter no puede asentarse sobre la priorización de la minería. Necesitamos una política económica que diversifique nuestra economía, respete los derechos de los pueblos y épocas de crisis ecológica tenga una visión de sostenibilidad. La proliferación de conflictos nos lo están exigiendo y muchos no lo quieren ver.

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