Cien inquietudes atendieron voceros de Sociedad Minera Cerro Verde y representantes de las consultoras a cargo de los Estudios de Impacto Ambiental y Social (EIAS) para la segunda etapa de la mina Cerro Verde.
La obra en donde se prevé una inversión de US$ 3400 millones, triplicará la producción de cobre de Cerro Verde. En esta audiencia la compañía explicó las medidas de mitigación para disminuir el impacto en el ambiente y el entorno social con las nuevas operaciones.
A partir de la fecha, hay 30 días hábiles para que los ciudadanos presenten observaciones. La compañía puede tomarse otros 30 días en absolverlas. El cronograma también le da 20 días al Ministerio de Energía y Minas (MEM) para que indique si SMCV respondió a los cuestionamientos. Jesús Gómez Urquizo, abogado especialista en temas ambientales, indicó que en los siguientes cuatro meses o en 180 días, el MEM debe indicar si aprueba o no el EIA, requisito indispensable para iniciar el proyecto minero.
En debate
Una de las principales inquietudes se centró en posibles filtraciones de la cancha de relaves que instalará Cerro Verde en la quebrada La Linga. Este cauce es afluente de río Tambo y podría arrastrar los desechos de la producción hasta el valle del mismo nombre. El ingeniero Pedro Repeto de Cerro Verde explicó que se implementará canales con geomembranas para evitar que las filtraciones lleguen a esa zona.
En caso extremo, indicó, aguas abajo de la quebrada se instalará un sumidero con un bombeo para que los relaves filtrados sean devueltos a la parte superior. También anunció que a una distancia mayor del sumidero realizarán perforaciones de hasta 38 metros en medio de las rocas para que detener el material que rebase los dos controles anteriores.
Un ciudadano denunció que en los últimos 40 años desde quebrada La Enlozada, donde se concentra la cancha de relaves de la I etapa de la mina, discurren filtraciones al río Chili contaminándolo. Lo que fue descartado por los voceros de la compañía cuprífera.
Manzana de discordia
Otra de las principales preocupaciones se centró en el agua. SMCV requiere un metro cúbico por segundo más para sus nuevas operaciones, adicional a los 1,160 que usan actualmente del río Chili. Los asistentes temen que no haya buen control y utilicen un volumen mayor, lo que sería perjudicial para el abastecimiento de los agricultores en esta cuenca.
Sin ese metro cúbico, dos mil hectáreas se dejarían de regar en La Joya, argumentaron los opositores. Cerro Verde por su parte, respondió que disponen de caudalímetros que miden los volúmenes del recurso a usarse. Sobre la afectación a La Joya, respondieron que utilizarán las aguas servidas de Arequipa que se lanzan al Chili y lo contaminan. Previamente construirán la planta de tratamiento para descontaminarlas. Hay un convenio firmado con Sedapar.
Durante la exposición aclararon que actualmente la irrigación La Joya cuenta con una licencia para utilizar 6.28 metros cúbicos por segundo. Luego que Cerro Verde trate las aguas residuales, accederán a 6.73 m3/seg.Pablo Alcázar, de Cerro Verde, indicó que en los siguientes días seguirán difundiendo la información del proyecto. Para ello cuentan con 3 oficinas permanentes en Arequipa, Yarabamba y Uchumayo.
La República
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