27 febrero, 2012

El peritaje al EIA de Conga marca la Hora Cero para el Primer Ministro Oscar Valdés

 Ricardo Uceda

Con el arribo, hoy, de los tres peritos que evaluarán el Estudio de Impacto Ambiental (EIA) del proyecto Conga, el premier Óscar Valdés inicia su periodo determinante como primer ministro después de haber superado un periodo de tensas relaciones con la pareja presidencial que produjo rumores de su renuncia.

Valdés expresó en privado su molestia por la intermediación de la esposa del presidente, Nadine Heredia, en tareas de gobierno, una función que ella realiza cada vez con mayor firmeza y que es generalmente aceptada por los ministros. Aunque esta incomodidad trascendió en Palacio de Gobierno –donde funcionan las oficinas del Presidente, la primera dama y el premierato– no dio lugar a una controversia abierta, y oficialmente no se admite que hubo problemas internos.

—Hubo tensiones, pero jamás estuvo en juego el cargo del primer ministro —dijo una fuente encumbrada.

Nadine, Abugattás

El rol de Heredia en el gobierno, que en ocasiones transmite indicaciones de Ollanta Humala y a veces las propias, es difícil para cualquier primer ministro. Estas indicaciones son ocasionalmente a subordinados al premier dentro de la PCM o incluso a subordinados de otros ministros. En el gobierno es aceptado el liderazgo propio de Nadine, su buen juicio y el hecho de que “está pendiente de todo”, de acuerdo con diversas fuentes del Poder Ejecutivo.

Valdés, quien ha declarado públicamente que “cuando los ministros hablan con la señora Nadine sobre temas de su sector me dan cuenta de ello”, ha tenido que acomodarse a un tercer actor entre él y el Presidente. Parte de este acomodo ha sido coordinar continuamente con Humala, con quien, al mismo tiempo, se entiende fácilmente en una serie de temas y objetivos comunes de gobierno.

Por otra parte, el Premier ha debido limar asperezas con la bancada nacionalista en el Congreso, donde un sector no lo aprecia. Este año, además, Valdés experimentó un par de malos momentos con el presidente del Congreso, Daniel Abugattás: uno, porque el Poder Ejecutivo, pese a un requerimiento especial, no protegió adecuadamente la sede del Congreso cuando una multitudinaria manifestación la sitió dos días para exigir el funcionamiento de una universidad recién creada que carecía de presupuesto. El culpable, según los quejosos, era Abugattás. El otro fue cuando el presidente del Congreso se retiró abruptamente de una reunión entre parlamentarios de Gana Perú y el Poder Ejecutivo en la PCM. Estaba convocada para hablar informalmente, pero cuando Abugattás se sentó comprobó que cada congresista tenía una carpeta con una agenda de lo que se trataría: leyes que debían y no debían ser aprobadas. Antes de irse, protestó.

En enero, Valdés fue criticado públicamente por la vicepresidenta Marisol Espinoza por expresiones críticas a la CVR, y otros miembros de la bancada tienden a estar más identificados con las protestas regionales que con los planteamientos del Ejecutivo. Es, por ejemplo, el caso de Natalie Condori y Juan Pari, de Tacna, cuyas autoridades objetan los proyectos mineros de Southern en la zona. Sin embargo, las declaraciones de Espinoza no fueron sopladas desde Palacio de Gobierno, y la conducción de la bancada respaldará a Valdés en el tramo que le queda. En algunos casos, a regañadientes.

Los tecnócratas

Valdés trabaja cómodamente con el grupo de los tecnócratas, cercano al ministro Luis Castilla, cuyos miembros más conspicuos son Jorge Merino, de Energía y Minas, y José Villena, de Trabajo. El premier no hizo suyas las aspiraciones de su antecesor, Salomón Lerner, quien pretendía una reorganización institucional que lo tuviera al frente de asuntos más importantes. ¿Por qué los bomberos tenían que depender de la PCM? ¿Y por qué el Indeci y el INEI? Lerner quería bajo sus fueros a la Autoridad Nacional del Agua, al Fondo Nacional de Financiamiento de la Actividad Empresarial del Estado (Fonafe), a Proinversión. El primero estaba en Agricultura, y era reclamado insistentemente por el ministro del Ambiente, Ricardo Giesecke, quien argüía que, según la ley, le pertenecía. Pero ni aun en el gabinete Lerner se quería correr el riesgo de que el agua sea administrada por los ambientalistas. Sin embargo, tampoco avanzó el plan de que estuviera dentro de la PCM. Por sus características, es una mudanza complicada, que debe desarrollar capacidades que favorezcan la agricultura, la minería responsable y un sinnúmero de actividades productivas.

En cambio, Proinversión y Fonafe estaban bajo el dominio del MEF, y Luis Castilla no se mostró dispuesto a soltarlos fácilmente. Y no solo por una razón institucional:

—¿Te imaginas Proinversión y Fonafe en manos de Carlos Tapia y Sinesio López? Demasiado riesgo —dijo un miembro de los tecnócratas.

Dentro del gabinete Valdés, Castilla está empeñado en impulsar el crecimiento y garantizar la inversión minera, una tarea cuyo primer paso es lograr que el proyecto Conga se realice inmediatamente después de concluido el peritaje de los tres expertos que inician su trabajo mañana. En este sector se da por descontado que este peritaje no presentará objeciones de fondo al EIA de Yanacocha.

Acompaña en este esfuerzo a Castilla, desde el MEM, Jorge Merino, un ministro que como el del MEF entró al gabinete gracias al apoyo de Nadine Heredia. Está completamente comprometido con la industria, al punto de que un asesor gubernamental bromeó:

—Merino quiere que los proyectos de inversión minera se realicen por las buenas o por las malas, y si es por las malas, mejor.

La hora de los peritos
El gobierno prefiere que el titular del MEM no haga muchas declaraciones porque podría contribuir a dar la imagen de un presidente prominero. En un momento en el que las protestas sociales empiezan un curso ascendente, Humala es percibido como alguien interesado en favorecer a toda la población, no a una empresa minera.

Por la misma razón se decidió que ni Merino ni el ministro del Ambiente, Manuel Pulgar Vidal, que rechazó una oferta de trabajo de Yanacocha antes de entrar al gabinete, tuvieran a su cargo la selección de los peritos. Esta pasó a ser responsabilidad de la Oficina de Gestión de Conflictos Sociales de la PCM. La PCM puso a su disposición diez especialistas que cumplían requisitos de excelencia profesional, y de los mismos quedaron tres, previo informe de Walter Obando, un experto en gestión ambiental de recursos hídricos especialmente contratado para supervisar el peritaje.

Un miembro del anterior gabinete desconfió de la selección. “¿Quién ha confeccionado la lista larga? —preguntó—: Castilla, Proinversión, Merino, eso ni dudar”. Otra fuente aún en el poder dijo que Obando realizó su trabajo sin interferencias. Por otra parte, las credenciales de los elegidos son impecables.

Sin embargo, póngase atención a estos hechos demostrados: 1) la PCM pone a disposición de la OGCS los nombres de diez posibles peritos; 2) La OGCS cursa cartas a todos para invitarlos al proceso de selección; 3) solo cinco de los diez envían propuestas económicas; 4) una de las propuestas es demasiado elevada y se descarta, quedando cuatro postulantes; 5) de los cuatro, se escogen tres; 6) de los tres escogidos, deserta uno (ver recuadro), quedando solo uno “por elegir”; 7) la PCM añade otro nombre, con lo cual la OGSC tiene para elegir entre dos; La OGCS escoge el último nombre.

Conclusión: más que un proceso de selección, los peritos de la lista larga se “autoeliminaron”. La OGCS se limitó a verificar sus competencias profesionales, todas ellas imponentes a la luz de los currículos.

En este ambiente de desconfianza transcurrirán los cuarenta días de plazo que tienen los peritos para entregar su informe. La semana que viene se producirán las presentaciones y los viajes de campo, y luego cada perito se irá a su país para elaborar su documento. Oficialmente deberán decir si las medidas previstas en el EIA de Conga mitigan suficientemente los impactos al agua en la zona, y qué medidas deben adoptarse para una mayor disponibilidad del recurso. Al final, en abril, el gobierno va a tener que enfrentarse o con la empresa o con los sectores que se oponen al proyecto. Esa será la hora cero para Valdés.

El fundador de Buenaventura y principal socio de Newmont en el proyecto Conga, Alberto Benavides de la Quintana, ha dicho que Yanacocha aceptará la opinión de los peritos. No es difícil profetizar que, salvo que los peritajes digan que los impactos no podrán ser adecuadamente mitigados, el presidente regional de Cajamarca, Gregorio Santos, se opondrá. Ya está preparándose para pelear.

Haciendo un paralelo con lo que ocurrió en los dos últimos meses del 2011, es posible ver si este gabinete está en mejor posición que el anterior para enfrentar el conflicto que se viene.

Recuerdos útiles

Humala negoció directamente con Yanacocha la paralización de actividades de Conga y luego le pidió al entonces premier Salomón Lerner que hiciera el anuncio en conferencia de prensa, al costado de Carlos Santa Cruz, el vicepresidente de la empresa. Lerner lo hizo obligado por las circunstancias, y este fue uno de los factores que lo llevaron a renunciar poco después.

El segundo factor fue que el entonces primer ministro y el Presidente nunca llegaron a ponerse de acuerdo con los cambios de ministros que eran convenientes antes de que culminara el 2011. Al comienzo del gobierno, entre ambos hubo el acuerdo fallido de que los economistas Óscar Dancourt y Félix Jiménez irían al BCR y Kurt Burneo al MEF. Cuando, a instancias de Nadine Heredia —influida, a su vez, por quien sería jefa de la Sunat, Tania Quispe— el titular del MEF terminó siendo Luis Castilla y Julio Velarde presidente del BCR, Humala y Lerner volvieron a sentarse para ver qué hacer con los desplazados. Pero hacia el fin de año, con el problema de Conga encima, ya no sería posible hacer un gabinete que complaciera a ambos.

Lerner y Humala sostuvieron entre sí dos conversaciones a profundidad, una con Nadine Heredia y la segunda sin ella. Al final de esta última, celebrada a fines de noviembre, el Presidente ya sabía que el primer ministro abandonaría definitivamente el gobierno. La renuncia, sin embargo, se daría a conocer cuando Humala hubiera terminado de conformar su próximo gabinete. Ocurrió el 10 de diciembre.

A diferencia del actual gabinete, que tiene mayor cohesión, en el anterior había tendencias contrapuestas. Humala había pedido despedir a los dos viceministros del Ambiente, Eduardo Cabieses y De Echave, responsabilizando al primero de haber autorizado un ordenamiento territorial de Cajamarca a gusto de Gregorio Santos. El segundo había coordinado la confección de un informe ministerial crítico al EIA de Conga que fue publicado por IDL Reporteros. Lerner defendió a Cabieses sosteniendo que el ordenamiento acordado era inocuo, y aseguró a Humala que él, y no alguien del equipo del Ministerio del Ambiente, había filtrado el documento.

Por entonces Lerner pensaba, y quizá lo piense todavía, que era posible llegar a un acuerdo con Yanacocha que satisficiera al presidente regional de Cajamarca. Para ello tenía que presionarlos muy fuertemente. Considerándolo así, tiene sentido que viera en el informe del Ministerio del Ambiente un punto de apoyo a su negociación. La interpretación común que se ha dado a este informe, sin embargo, es que sirvió a los intereses del débil paro que había comenzado en Cajamarca.

Este hecho marca otra diferencia: el año pasado, por lo menos un sector del gobierno creía que era posible un entendimiento con un sector de los antimineros de Cajamarca. Ahora esa convicción no la defiende nadie en el Ejecutivo.
 

¿La hora de ella?

También creía Lerner que podía convencer a Patria Roja de que juntarse con los más radicales de Cajamarca para vetar a la minería le representaría un mal negocio. Pero Humala quería resolver las cosas de una vez y le pidió a la empresa suspender momentáneamente el proyecto mientras el gobierno creaba nuevas condiciones. Humala, por lo demás, guarda malos recuerdos de Patria Roja de la campaña electoral. No quiso apoyarlo, y prefirió negociar con Fuerza Social, aunque después el acuerdo no se concretó y se quedó en el aire.

Por el momento, la posibilidad de concertar con Santos es considerada una tarea extremadamente difícil en el gobierno, ante la intransigencia demostrada por el líder regional. Aunque al premier Valdés se le acusa de no tener voluntad de diálogo, es posible que luego del peritaje, e incluso antes, haga esfuerzos explícitos por reunirse con Santos. Pero no espera demasiado.

—Hay que dialogar, intentarlo seriamente, pero también es necesario un plan B —dijo una fuente de la PCM.

Es indudable que para todo efecto es fundamental el grado de credibilidad que despierten los resultados del peritaje y su forma de presentación del Ejecutivo. ¿Lo hará Valdés solo? ¿Intervendrá nuevamente Ollanta Humala para zanjar? El escenario posterior al peritaje aún no se discute en el Ejecutivo. El dirigente antiminero Marco Arana, considerando inapropiado a Valdés, ha sugerido la participación de la esposa de Humala. Ha encomiado su intuición, su capacidad de influencia y su creencia de que el agua y el medio ambiente son una oportunidad de unión. “Tal vez los ministros y el Presidente la debieran escuchar”, ha dicho.

¿Será también la hora de Nadine?

Dos que se retiran
Al comienzo del proceso, la Oficina de Asuntos Administrativos de la PCM estableció una lista de diez peritos para ser invitados a la selección. Entre ellos estaban tres de los peritos que inicialmente serían seleccionados: los españoles Rafael Fernández Rubio y Luis López García y John M. Sharp Jr. De los diez, solo enviaron propuestas económicas cinco, entre ellos los mencionados. Everton de Oliveira, un geólogo de Sao Paulo y doctorado en Canadá, presentó una propuesta de honorarios de 312 mil dólares, tres veces más que la de Rafael Fernández, la segunda más alta. Fue, por ello, desechado.

López García cobraba 60 mil dólares y Sharp 68 mil. Este último, sin embargo, recibió información de que su expedición a Conga podría ser peligrosa y planteó hacer el trabajo desde su estudio en los Estados Unidos. Al ser rechazado, entró a tallar el portugués José Martins Carvalho. Debía confrontarse con Alan L. Mayo, un geólogo de San Diego, y al final obtuvo las preferencias.

La República

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