09 agosto, 2013

Perú: Lucha Indígena 84. Sigue la lucha en Celendín y Cajamarca


Servindi, 6 de agosto, 2013.- Compartimos con ustedes el editorial “¡La Lucha es el Camino!”que acompaña la edición 84 de la revista Lucha Indígena y que tiene como director a Hugo Blanco Galdós. Quienes deseen acceder a la edición virtual completa pueden dar un clic en la imagen.

¡La lucha es el Camino!

En el Perú y en otros lugares del mundo, las grandes mayorías se están dando cuenta de que los gobernantes, los parlamentos, los tribunales, las fuerzas armadas, las fuerzas policiales, los grandes medios de comunicación, son meros instrumentos de las grandes empresas transnacionales. Están comprendiendo que con la banca y las empresas financieras a la cabeza, dichas empresas lo único que buscan es ganar la mayor cantidad de dinero posible en el menor tiempo posible.

Están viendo que para cumplir ese objetivo, el gran capital ataca sin piedad a la mayoría de la humanidad y a la naturaleza, que el gran capital ejerce una dictadura que les oprime en forma cada vez más fuerte, que lo hace bajo el nombre de “democracia” y que les dice que es con las normas señaladas por ella, que se debe arreglar la situación. La gente constata que eso no funciona y por eso sale a las calles a ejercer protestas multitudinarias, superando las reglas establecidas por los opresores , demuestra su fuerza colectiva y hace retroceder al enemigo.

Se sacude Turquía, se sacude Brasil, se sacude Chile.

Edward Snowden desenmascara al gobierno más poderoso del mundo, el de Estados Unidos. Demuestra que éste espía ilegalmente no sólo a todos los habitantes de su país, sino a los gobiernos y diplomáticos de sus mejores aliados. Al perseguir a Snowden, el gobierno yanqui pisotea las normas diplomáticas internacionales y se le arrodillan los gobiernos de los países espiados por ellos.

En el Perú estamos viendo escandalosas muestras de la corrupción de los sirvientes del gran capital: Los narcoindultos vendidos por Alan García, los caudales inexplicables de Toledo, la repartija parlamentaria de los puestos de l Tribunal C onst ituc iona l, la Defensoría del Pueblo y el Banco Central de Reserva; el pago millonario de los bonos de la reforma agraria al Banco de Crédito del Perú dispuesto por un ex-funcionario de dicho banco, etc.

Mientras los millones danzan por arriba, las leyes dadas por los corruptos que gobiernan, aplastan al pueblo pobre: La ley Servir (que debiera llamarse ley servil) hunde a los trabajadores del Estado: Les quita la estabilidad laboral, les quita el derecho de sindicalización y de reclamación colectiva. La ley de reforma universitaria somete a las universidades a la dependencia del Poder Ejecutivo, o sea, a los sirvientes del gran capital. Se pretende revivir el servicio militar obligatorio sólo para la gente pobre. Se dice que no hay dinero para pagar el salario mínimo a los soldados, callando los escandalosos sueldos y los privilegios de los altos oficiales, sirvientes directos del gran capital.

Se extiende como jebe el nombre de “pequeña y mediana empresa” (PYMES). Esto beneficia a los capitalistas hundiendo a los trabajadores, pues se les quita derechos “para favorecer a la pequeña y mediana empresa”. Hay una legislación especial para los obreros agrícolas que disminuye terriblemente sus derechos, “para favorecer la agroexportación” que está en manos de empresas transnacionales que quitan agua y tierra de la pequeña producción agraria que nos alimenta en forma sana.

Algo quepermanentemente denunciamos en “Lucha Indígena”: La minería a cielo abierto en manos de millonarias empresas transnacionales depreda ferozmente la naturaleza quitando y envenenando el agua de la pequeña agricultura. Las hidroeléctricas al servicio de esa minería desalojan a los indígenas y campesinos de las tierras que les dan el sustento y también alimentan a la población peruana. La extracción de hidrocarburos depreda la Amazonía y mata a las poblaciones indígenas. No se aplica la consulta previa a los pueblos indígenas como manda el convenio 169 de la OIT, ni siquiera la burda tergiversación emitida por el gobierno actual.

La corrupción y los atropellos no son nuevos, lo nuevo es que el pueblo pobre ha dicho ¡BASTA! y ha comenzado a moverse.

Ese pueblo ha constatado que ha sido él, con su lucha, que ha logrado hacer retroceder la repartija del corrupto congreso. El pueblo pobre es cada vez más consciente de que la lucha es el camino.

Esto que ya lo demostraron contra la mimería asesina Tambogrande , Ayabaca, Huancabamba, Cocachacra, Puno, ahora lo está practicando la población urbana.

Debemos señalar que muchas luchas no tienen como objetivo sólo el bienestar de los sectores que las desarrollan, sino que se extienden al beneficio general: Los trabajadores del agua potable luchan contra la privatización de ese servicio, los portuarios luchan por el fortalecimiento de los puertos estatales, los petroleros luchan por el fortalecimiento de la empresa del Estado, los médicos y otros servidores de salud luchan por la defensa y el fortalecimiento del servicio de salud para toda la población.

Hay sectores que avanzan más, trabajadores argentinos y de otros países, han ocupado las fábricas y las administran ellos en forma democrática y en provecho propio. Este es el comienzo.

Los triunfos parciales de la lucha de los pueblos, paulatinamente convencerán a sectores cada vez más amplios, de que esa lucha debe llevar a que la humanidad tome en sus manos en forma verdaderamente democrática y horizontal, la construcción de su futuro, arrebatando el poder de manos de las transnacionales que ahora gobiernan el mundo, llevándolo a la extinción de dicha humanidad.
 

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